La danza chocoana adquirió una estructura diferente por la mezcla un poco brusca entre los moldes hispánicos y la sangre africana. La más relevante de sus particularidades es el apoyo rítmico en la percusión, basada en tambores (bombo o tambores, redoblantes, etcétera).
De los españoles tomó el aire siempre aristocrático y gracioso, en el cual la melodía se desliza con la misma facilidad con que los bailarines ejecutan sus movimientos, respetando el compás original. Eliminó el sentido galante y evocativo que le conferían los instrumentos de cuerda y dejo que la virilidad y el matiz pagano de la negredumbre refundiera su significado.
En la estructura del baile se advierten elementos españoles como la posición de los brazos, las vueltas, molinetes, las flexiones de la cara, la actitud de la pareja, el ocho, y cierta apresurada elegancia en los movimientos; pero de África adquirió el ardor, el compás marcado por los tambores (tiempo de vals) y la expresividad corporal.
Como dice Delia Zapata Olivella, “la danza ha sabido evolucionar por caminos propios”. En el Chocó, el acompañamiento instrumental se ejecuta con requinto, redoblante, bombo o tambora, flauta, clarinete, y a veces bombardinos. No se emplea el canto. Los pasos de los bailes se descomponen en tiempos definidos por el ritmo ternario, de forma que al llegar el pie al suelo marcan una especie de pequeños saltos, siempre muy suave, con el cual constituyen la tradicional flexión, que a manera de estribillo traían los distintos estilos de vals europeos desde el siglo XVIII.
Algunos de los bailes tradicionales en Chocó son la danza en el Atrato, el abozao en todo el Chocó, como también la polca, contradanza, la moña en Novita; el tamborito en la Costa Pacifica; el saporrondón en la Costa y el Atrato; el estro en el Baudó; mazurca en el Atrato; biborona en Pizarro; danza en Atrato y San Juan, aguabajo en Atrato, San Juan y Baudó; quilele en Condoto, bambasú en Istmina; torbellino en Atrato, San Juan y la Costa Pacifica.
Algunas de las danzas son de origen europeo. Llegaron a esas tierras en la época de la Colonia, a mediados del siglo XIX. Estas fueron aprendidas por negros que en calidad de criados tenían acceso a las reuniones sociales de sus amos. Al terminar las reuniones serviles y retirándose a sus barracas empezaron a imitar a sus amos como ellos ejecutaban sus danzas. Entre ellas están la jota, la polca, pasillo, vals y otros.
Contradanza
En el Chocó tienen en la contradanza el más rico ejemplar folclórico. El aprendizaje que hicieron los esclavos mineros de las fiestas de sus amos, usando a menudo, los mismos trajes, adornos e instrumentos musicales, estableció una especie de estilo negro que se apoderó de los galantes refinados y de los coqueteos al estilo de la corte. La contradanza (contri dance en Escocia), se difundió ampliamente por toda Europa en el siglo XVII, con variados antecedentes en Inglaterra, Alemania y España, de donde llegó metida entre los bártulos de oidores, encomenderos y señores de minas, ricamente asentados en Popayán, Cali y Cartagena, principalmente.
Jota
Baile y canto de origen Español (Zaragoza), cuyo nombre tuvo origen en el apellido de un moro llamado Abenjot. En todo el Chocó se conserva, especialmente en las márgenes de los grandes ríos: Atrato, San Juan y Baudó, de la verdadera jota no queda sino el nombre, porque el negro lo adoptó a su manera de sentir.
Abozao
En el abozao se funden ardorosamente elementos expresivos de la jota y de la contradanza, pero la apreciación corográfica tiene una raíz negroide, posiblemente emparentada con las danzas del vientre que acostumbraron los esclavos durante la Colonia, y se reviven en Ecuador y en Perú, entre los mulatos costeños.
El papel principal está conferido a la mujer, cuya actitud corporal es viva e insinuante. Los rodeos que le hace el hombre están determinados por la provocación erótica, con esguinces y pantomimas muy peculiares. La planimetría es básicamente lineal y, aunque se descompone en círculos y vueltas, se conserva en todo lo largo de la actuación.
Andarele o anderete
Es una variante de los usos coreográficos que se hacen al abozao, utilizando un ritmo similar. Hay cambios de figuras, con gestos muy vivos y tanto los hombres y las mujeres se rodean provocativamente, siempre con intención amorosa incitante.
Aguabajo
Trenzados y destrenzados, esguinces rápidos y vistos rondas y pasamanos distinguen a esta danza, que como se dijo constituye una de las formas más típicas de la cultura chocoana. La coreografía se desenvuelve por parejas, que luego se combinan entre sí para hacer juegos con conjuntos, con gestos y pasos similares al abozao y Juego de Jota.
Caderota
Poco acostumbrado ya, apenas se recuerda en algunas regiones del Chocó. Tuvo sus antecedentes desde el siglo XIX, cuando se acompañaba con marimba. Es una danza erótica, de marcado ancestro africano. La pareja moviendo enfrentada, expresa la intención amorosa. La mujer moviendo las caderas intensamente motiva la actitud del hombre que le persigue y asedia.
Moña o Fox-Trot
El “moño” fue muy acostumbrado en el Valle del Cauca. En Chocó se le conoce con el nombre de “Moña”. Este baile se distingue por la vistosidad y malicia de las coplas o versos que se dicen los invitados. Cada copla es respondida a veces a coro, o con simples gritos por los aficionados antes de que los instrumentos marquen el ritmo para bailar. Antiguamente se denominaba “fandanguillo” y sus ascendientes hispánicos son indudables, tanto en los gritos coreográficos como en la fase ritmo-melodía. La coreografía es muy simple y se limita a ejecutar un acompañamiento de actitudes a la parte corporal, en forma similar a las vueltas antioqueñas o a ciertos “torbellinos”.
Son chocoano
El son es un aire binario de carácter afroamericano. En el caso chocoano es un aire caliente propio del departamento, conservando los arraigos de la música negroide, con combinaciones ya hispanas o afrohispanas. El son chocoano es espontáneo, es rico en variaciones rítmicas, su estructura armónica es simple.
El texto del son chocoano es bastante corto, pero de mucha aceptación por la mezcla de palabras que reflejan un hecho cotidiano propio de la región, ya sea en cualquiera de sus campos, definiendo siempre una clase original como base del ritmo.
El pasillo chocoano
Es un ritmo que nace del vals. En el siglo XIX en Viena (Austria) se propagó el vals como danza de salón, ya en Colombia se dio el nombre de Strauss, nombre que fue tomado del famoso compositor Johann Strauss. Así fue transformado en vals del país y aproximadamente en el pasillo fiestero. En Colombia los compositores y poetas le han dada una alta calidad expresiva respecto a nuestro país.